Jamás lo pensé, palabrita del niño Jesús que ni en mis mejores sueños me vería como Maestra de Ceremonias, pero cuando me lo propusieron Bea&David, no me lo pensé.
Para mí el trato con el público es habitual, y no me daba miedo.
Pero ay amigo cuando me puse a ello, empecé viendo videos de youtube, luego a leer textos de google, y todo me parecía demasiado serio o demasiado atrevido. Estuve preguntando a profesionales, y después de casi dos meses, una tarde … porque sí, me vino la inspiración.
La ceremonia quedó … que os voy a decir yo si era mi hijo, pero de verdad, quitando el calor que teníamos 38 grados a las 13:30 del mediodía, el resto sólo fluyó, los novios estaban con un brillo en los ojos, con la emoción a ras de piel, las hermanas y amiga que hablaron, ¿Sabéis esa sensación de cuando se alinean los astros y todos fluye? pues yo ese día lo sentí.
Me encantó la experiencia, y me volvería loca volver a hacerlo, porque si por algo, elegí este trabajo, es por esos momentos de felicidad, de salirte de plano y ver … que todo es perfecto